RENACER PARA LIDERAR

Le dijeron que tenía que parar. Que descansara. Que pensara en él. Pero Roy no olvida de dónde viene, ni el compromiso que tiene con su país. Venció al cáncer, volvió a ponerse de pie… y eligió seguir.
UNA ALIANZA POR LA PAZ

Su madre se lo advirtió: este país iba a estallar. Y cuando lo hizo, Roy no se escondió.
UN CAMINO HACIA LA PAZ

Roy habló por las víctimas, por su madre, por su hermano, por millones. Defendió la verdad aunque incomodara. Y cuando la paz estuvo a punto de perderse por un detalle, hizo lo que mejor sabe hacer: escuchar, preguntar y encontrar el camino. Así, ayudó a firmar un nuevo capítulo para Colombia.
NADIE ESCAPA DE SU DESTINO

Pero un día, entendió que también podía hacerlo con leyes. Aceptó lo inesperado, ganó contra todo pronóstico y llegó al Congreso sin dejar de ser médico. Porque cuando la vocación es real, el destino no se elige: se cumple.
LA CAÍDA DE UN GIGANTE

A Roy le tocó ver cómo su padre, ese gigante que parecía invencible, caía sin poder salvar a su hijo. La violencia le arrebató todo… menos la esperanza. Años después, una llamada lo cambió todo: “Roy… Me les escapé.”
LA DECISIÓN DE UN HOMBRE

Roy decidió amar, a pesar de las amenazas. Decidió ser padre, esposo, médico… aunque tocara manejar taxi para lograrlo. Se graduó, no solo con un título, sino con una promesa: construir un país distinto. Pero entonces, Galán cayó. Y toda una generación quedó huérfana de esperanza.
CONOCER A UN ÍDOLO

El día que Roy habló frente a su colegio, también habló frente al destino. Un discurso, un expresidente, una tarjeta con un nombre que cambiaría su vida: Luis Carlos Galán.
UN SUEÑO CORTO Y BELLO

A veces, repetir una historia es más doloroso que vivirla una vez. Roy ya sabía el guion: visita, sonrisa, libreta, billetes, despedida. Pero esta vez algo cambió. Viajó en avión. Se quedó. Soñó con pertenecer.
LA SOMBRA DE UN PADRE

El día que Roy por fin conoció a su papá, también conoció el abandono. Ojos de dos colores, promesas rotas y una libreta con puros cincos que no bastó para quedarse. Ese día, Roy volvió con el corazón roto… y con la decisión de no parecerse a él jamás.
LA VERGÜENZA DE LA POBREZA

La pobreza puede doler más que el hambre: duele en la risa burlona, en la exclusión del colegio, en una foto rota que no alcanza a mostrar al padre. Roy aprende temprano que los sueños también se empeñan… pero su madre está dispuesta a todo por no dejar que se le rompan.